La importancia del autocuidado
Hace unos días nuevamente mi realidad me interpeló para un nuevo aprendizaje, un nuevo desafío por asumir, aunque debo reconocer que esto en el fondo de mi ser no era nuevo, sino más bien algo que forma parte de mi zona más oscura y vulnerable: Mi alimentación.
Y cuando hablo de alimentación me conecto con gestionar emociones de angustia y necesidad de contención materna, en mi caso, y durante muchos años la resolví comiendo comida chatarra.
Si bien hace un tiempo tuve la consciencia de esta situación, el asumirme como un adulto emocionalmente responsable de mí, de mis emociones, de mi alimentación y mi salud es algo verdaderamente reciente.
Todo surgió ante un problema de salud que me descubrieron en 2004, mi páncreas produce más insulina de la que mi cuerpo es capaz de absorber, me diagnosticaron insulinoresistencia.
A partir de allí debí tomar medicación diaria, realizar 1 régimen de comidas bajo en carbohidratos y dulces. De ahí en adelante todo mi tratamiento fue una gran montaña rusa con altibajos frecuentes y sin ser consciente de cómo mi alimentación perjudicaba mi salud.
El año pasado, decidí volver a control y “cuidarme” realmente por lo cual me sometí nuevamente a controles y nueva medicación.
También pude retomar la actividad física, que junto con la comida son aspectos fundamentales para equilibrar los niveles de azúcar en sangre.
Todo funcionó de maravilla, cumplía con la medicación y la actividad física religiosamente, pero me seguía faltando mi responsabilidad con la alimentación.
A principios de abril fui nuevamente a control y decidí “hacerme cargo de mí”, de mi alimentación y de su importancia en este tratamiento para lograr mi bienestar.
Le planteé a mi médico que mi objetivo en el mediano plazo era dejar la medicación, por lo cual yo creía que debía hacerme cargo de mi alimentación que era mi punto débil.
La actividad física se volvió hace tiempo algo que disfruto enormemente y ahora tenía que mirar esto que siempre me costó.
Empecé a integrar todas las herramientas que tenía en mi poder: cursos realizados de psicología de la alimentación, planes alimentarios para equilibrar mi peso, medicina aborigen, Flores de Bach todo lo necesario para ser consciente de cuándo mi cuerpo cubría con comida situaciones desagradables para mí y qué hacer con ellas sin recurrir a este viejo patrón de “autocastigarme” a través de la comida.
Porque pude darme cuenta de eso, de que la comida, o, mejor dicho, esta forma de gestionar mis emociones no eran más que un autocastigo.
Como “cereza del postre” pedí a mis ángeles, mis guías y maestros ascendidos que cada vez que me encontrara en una situación así de vulnerabilidad emocional iba a recurrir a ellos para que me abrazaran y en ese abrazo mi niña herida se sintiera a salvo, amada, contenida, no juzgada. Y así lo hice, y cada día estoy más conectada con mi alimentación, empecé a disfrutar comer sano, ya no es un peso, ya no hay nada prohibido en mi alimentación, hoy simplemente no lo elijo porque sé que no es bueno para mí.
Hoy me priorizo y me siento muy orgullosa de mí por este logro, porque es un gran logro para mí, por eso lo quiero compartir con vos, para que mires dentro tuyo si hay algo con lo que no estás pudiendo lidiar, mirá profundo, qué hay abajo de eso, qué estás tapando y pedí ayuda a tus guías, a tu ser superior, a los ángeles, hay millones de herramientas a tu alcance para afrontarlo, pero lo primero y más importante es MIRARLO Y ACEPTARLO.
3 puntos claves para tener en cuenta para el autocuidado.
🌺🌸💕El primero ya te lo dije, es reconocerlo, saber que tenemos un problema en relación con la comida que nos está excediendo.
🌺🌸💕El segundo es mirar “que tapo” con esta conducta, y para esto te voy a compartir un proceso verbal de Access: preguntá siempre cuando estés ante una situación de comer algo que sabes que va a dañar tu cuerpo ¿QUÉ ES ESTO? ¿QUE HAGO CON ESTO? ¿LO PUEDO CAMBIAR? ¿COMO LO CAMBIO?
Las preguntas en Access no se hacen con la intención de que sean respondidas desde la mente lógica, sino para abrir un espacio de nuevas tomas de consciencia.
🌺🌸💕El tercer paso es buscar herramientas que puedan ayudarte a gestionar las emociones por fuera de la comida.
Para terminar, quiero compartirte algo que a mí me permitió cambiar el foco respecto a mi alimentación, EL COCINAR ES UN ACTO DE AMOR, este concepto me ayudó a sacarle el peso a “tener que cocinar”.
Se convirtió para mí en algo más divertido, más ligero y que aprendí a disfrutar, y para lo cual no se requiere tiempo extra, porque a veces para autosabotearnos pensamos que comer sano cuesta mucho dinero. Que demanda mucho tiempo cocinar, que la comida es horrible, que los ingredientes no se consiguen en ningún lado.
Todas esas, y no sé cuantas más me conté yo por años y hoy puedo darme cuenta de que sólo fueron excusas para no accionar.
Espero te sirva mi compartir para animarte al cambio, nadie puede cuidarnos más que nosotros mismos y no podemos dar al otro lo que no tenemos para darnos a nosotros.
Gracias a mis Ángeles, maestros y guías por guiarme en la elaboración de este mensaje.